Sembrando las primeras semillas de esperanza.
En julio de 2013, antes de iniciar con nuestra Asociación Civil, tuvimos la oportunidad de visitar Puebla. Nuestros amigos de la Fundación Jeremías nos enseñaron los primeros pasos: dar amor y entregar sonrisas.
Fueron tres días de muchas enseñanzas. Los días estuvieron divididos de la siguiente manera:
1) Visita a las zonas marginadas en Tehuacán
En Tehuacán conocimos las necesidades de personas que viven en situación de calle. Muchos hombres y mujeres abandonados, sin esperanza, la mayoría de ellos con una fuerte necesidad de dependencia a las drogas y el alcohol. Aprendimos que somos muy afortunados por tener lo que tenemos, y además, hay muchas personas en México que viven todos los días de esta manera. Basta una mano amiga y la confianza que puedas regalarles para alentarlos, regalarles una sonrisa y estrechar una amistad sincera.
2) Recolecta de frutas y verduras en la Central de Abastos
El segundo día fuimos a la central de Abastos en la misma ciudad de Puebla para recolectar frutas y verduras para los indígenas Popoloca. Los vendedores de la Central de Abastos tienen la creencia de regalar poquito, para que su trabajo y sus ganancias sean fructificadas. Las donaciones que recibimos fueron dadas con mucho amor y cariño, una verdadera muestra de solidaridad.
3) Visita a las comunidades indígenas Popoloca
Nuestra visita el tercer día a las comunidades indígenas Popoloca sembró en nosotros el deseo de ayudar a niños y madres de escasos recursos, pues vimos muchas necesidades en esta población. La delicada sonrisa de los niños y los rostros de esperanza que pusimos en ellos, nos impulsaron a plantear los primeros objetivos para la Asociación Civil Érase Una vez un Hogar.
Muchas gracias a Daniel, Alan, Mayo, y todo el equipo de Fundación Jeremías. Nunca olvidaremos lo que ustedes nos enseñaron. Sobre todo la fe y la confianza que tienen ustedes para hacer una diferencia en nuestro país y en nuestro mundo.